Mientras nos preparamos para la I edicion del Festival de Cine y Aventura Ascensoeuropa, vamos descubriendo el terreno y definitivamente la ciudad de Valencia es perfecta para un paseo en bici.
Valencia es una ciudad plana, con el mejor punto de encuentro….el Jardín del Turia.
El Jardín del Turia, actualmente es el cauce seco de lo que fue un dia el río Turia, que atravesaba la ciudad de punta a punta y que después de numerosas riadas que invariablemente hacían estragos en la ciudad, se decidió con el llamado “Plan del Sur”, el desvío de su plano final, desde Quart Poblet hasta su desembocadura en el mar Mediterráneo.
Ese cauce seco, hoy en día, es un parque netamente urbano, de 110 has, con 7 kms de largo y lleno de lugares idílicos para recrear el espíritu como muy pocos lugares en el mundo lo pueden hacer.
Nuestro primer plan de recorrido en bici, se planteaba por el espectacular carril bici desde el parque Jardín del Turia hasta la playa Saler.
Arrancamos en la avenida Constitución, saludamos a Conchita Piquer y entramo al parque por Puente de Serrans.
Cada estación del año nos brinda diferentes colores, en mayo el lila de los Jacarandas dictan la pauta.
En la ciudad de las Artes y las Ciencias, hicimos la primera parada, comimos , descansamos.
Hay que reconocer que no hay nada como el azul de los cielos valencianos.
continuamos y por la hora, decidimos cambiar el plan … ahora solo hasta playa Pinedo.
El llegar a Pinedo flanqueado por el Mediterráneo fue una gran alegría, hicimos el saludo a la Cruz de término que luego descubrimos que es una de las 14 cruces de término existentes en la ciudad , que fué realizada por el escultor valenciano, Jesus Castelló y que tampoco es la original que supuestamente plantó el ejército de Jaime I durante la reconquista por allá en el siglo XIII …. gracias Wikipedia.
Luego de un rato de disfrute de arena, viento marino, el clima y una conversación amena del grupo, iniciamos el retorno 🙂
foto del grupo en playa Pinedo
Recordamos que el reporte del tiempo indicaba lluvia … las predicciones se cumplieron puntualmente, llovió a cantaros lo que permitió que el grupo se empapara hasta los tuétanos, entre risas y sustos llegamos a Valencia.
Realmente fue una excursión que nos hizo recordar las gratas escapadas en bici de otros tiempos, felices de lo vivido y con ganas de contarles nuestra historia … para animarlos a un paseo en bici que definitivamente hay que hacer.